Los Desafíos de la Oposición en Venezuela…

Por Rafael Cerame:

En la oposición a la narco-dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela hay pensamientos e ideologías diferentes, que convergen en un objetivo común: lograr la libertad y la democracia para su pueblo. A eso hay que añadirle como ingrediente, la lucha de egos y ambiciones políticas entre algunos de sus dirigentes. 

Algunos, desde territorio venezolano, continúan dando la batalla al régimen, entre los que se destacan, Juan Gerardo Guaidó y María Corina Machado, mientras otros, aportan a la lucha por la libertad y la democracia desde el exilio, como es el caso de Antonio Ledezma y Leopoldo López, entre muchos otros que integran la dirigencia de la oposición fuera de Venezuela. 

Uno de los grandes retos y desafíos que iniciando el año 2021 tienen los líderes de la oposición política venezolana, es lograr la presentación de una propuesta, justa y específica, que defina un proceso conducente al retorno de la democracia a ese país.

Si partimos de la premisa, como así lo reconocen la mayoría de los gobiernos democráticos del mundo, que Nicolás Maduro ha convertido su régimen dictatorial en un narco estado, violentando además los más elementales derechos humanos, como lo es atentar contra la vida de miles de venezolanos que no han estado de acuerdo con su proceder desde Miraflores, el dictador NO puede ser una opción electoral y debe abandonar el poder que ha usurpado ilegalmente. 

Para que esa propuesta logre el mayor respaldo posible entre las naciones democráticas del mundo, la culminación de la misma debe dejar en manos del pueblo de Venezuela su decisión final, mediante la celebración de unas elecciones libres y transparentes, supervisadas por un conjunto de organismos internacionales, entre los que se encuentre la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Para lograr ese objetivo, debe existir entre los principales líderes de la oposición un absoluto desprendimiento de sus ambiciones personales, para las cuales, existirá su momento en una Venezuela democrática, y ahora, asumir un compromiso con una sola causa: liberar a su pueblo de la narco-dictadura mediante el retorno a la democracia. 

Un ejemplo sobre lo que NO se debe hacer, es pretender cambiar la historia que se ha vivido a lo interno de la propia oposición en Venezuela. 

Hay altos dirigentes en la oposición venezolana, muy cercanos a Voluntad Popular y a la dirección del internacionalmente reconocido gobierno legítimo de Juan Guaidó, que se prestaron a componendas con el régimen de Maduro, obstaculizando el desarrollo de acontecimientos que pudieron haber provocado la caída de la narco-dictadura.

Ignorar eso que se comenta abiertamente en los círculos de la oposición, tendría el efecto de extender la agonía del pueblo venezolano. 

Por otro lado, también hay que reconocer la prudencia y la determinación que han tenido frente a esas situaciones, líderes como Antonio Ledezma y María Corina Machado, entre otros, que, manteniendo sus firmes posturas ante la narco-dictadura, han evitado un irremediable fraccionamiento en las filas opositoras. 

El momento es propio para que se efectúe una verdadera cumbre de la oposición política venezolana. Tendrían la oportunidad de efectuar un encuentro enmarcado por la honestidad y el compromiso con su pueblo; produciendo una propuesta que pueda lograr un respaldo mayoritario internacional, donde se defina un proceso que conduzca a la salida de Maduro y el retorno de la democracia a Venezuela. 

La Democracia Prevaleció…

Una vez más, la democracia se impone sobre la violencia como mecanismo de expresión.

El pasado 3 de enero llamé la atención sobre la importancia que tenían los acontecimientos previstos para los días 5 y 6 de este mes.

Artículo publicado el pasado 3 de enero, 2021.

Señalaba en dicho artículo que la segunda vuelta electoral para elegir los dos senadores federales del estado de Georgia, el martes 5 de enero, representaba una oportunidad real para que el partido demócrata lograra 50 escaños en el Senado de los Estados Unidos. 

Les mencioné las implicaciones que eso pudiera tener, para que, por primera vez, se considere en el Congreso la posibilidad de admitir a Puerto Rico como nuevo estado de la unión. De igual forma, alerté en la columna titulada “Atentos al 5 y 6 de enero”, que, aunque parecería una locura, Trump y sus seguidores pudieran retar la voluntad del pueblo durante la sesión conjunta de cámara y senado, donde, según dispone la Constitución, se certificarían los resultados de las elecciones presidenciales. 

El 5 de enero los dos candidatos a senadores demócratas lograron la victoria en Georgia, obteniendo el partido de Joe Biden la mayoría en el Senado y el 6 de enero se produjo el acto de terrorismo político más vergonzoso que ha vivido la Nación, promovido por el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

El violento asalto al Capitolio y las muertes relacionadas a esa acción, son responsabilidad de Donald Trump. En su irresponsable y delictivo proceder, Trump atentó contra la democracia. Mutiló la imagen de los Estados Unidos ante el mundo, poniendo en tela de juicio la integridad del proceso electoral, sin lograr presentar evidencia razonable que justificara esas alegaciones. 

Donald Trump tuvo el atrevimiento de alterar el orden constitucional en los Estados Unidos. Afortunadamente, luego de horas de incertidumbre, la democracia prevaleció sobre el personaje más funesto que ha tenido la política americana. No obstante, el costo fue muy alto. 

Debemos destacar el comportamiento ejemplar durante esas horas de incertidumbre del vicepresidente Mike Pence, como también de los senadores republicanos Lindsey Graham y Mitt Romney. 

Restando 13 días para la juramentación de Joe Biden como nuevo presidente, se cuestiona la posibilidad de que el vicepresidente Pence invoque la Enmienda 25 de la Constitución para retirar del cargo a Donald Trump, por considerarlo incapacitado para desempeñar sus funciones como primer ejecutivo de la Nación.   

Considero que sería prudente retirarlo del cargo por dos razones fundamentales: Trump ha demostrado estar emocionalmente incapacitado para administrar los poderes del cargo que ocupa, y segundo, invocar con éxito la Enmienda 25 sería un desagravio a la mayoría del pueblo de los Estados Unidos de América. 

Superado el trauma político y social que han representado los 4 años de Trump en la Casa Blanca, Joe Biden enfrenta tres desafíos inmediatos: 

  1. Enfrentar con efectividad la emergencia de la pandemia del Covid-19.
  2. Activar la economía y que sus efectos se sientan en toda la sociedad americana.
  3. Unificar a los Estados Unidos, bajo un ambiente de concordia, justicia y democracia. 

Para los enemigos de los Estados Unidos, algunos pasivos y otros consistentemente activos, la jornada terminó con un triunfo de la democracia sobre la inestabilidad política y el caos. Para los que defendemos los principios sobre los cuales se fundamenta el sistema democrático de gobierno, esta experiencia nos debe servir como una lección para eliminar el discrimen; construir una sociedad más justa, tomar las medidas necesarias para fortalecer la democracia y que nunca vuelva al poder un irresponsable que ponga en peligro lo que hoy conocemos como los Estados Unidos de América. 

Atentos al 5 y 6 de enero…

El martes 5 de enero se efectuará una segunda vuelta electoral en Georgia para elegir a los dos senadores federales de dicho Estado. Ese método de elección, más conocido en Latinoamérica que en los Estados Unidos, definirá cual partido tendrá la mayoría en el Senado federal. 

Capitolio, sede del Congreso de los Estados Unidos, Washington D.C.

Las principales encuestas de opinión vaticinan una cerrada contienda para ambos escaños, actualmente en manos de los senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler.

De resultar triunfantes los candidatos demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock, el partido del presidente electo Joe Biden lograría 50 escaños, en igualdad de proporción que la delegación senatorial republicana, siento el voto decisivo, la vicepresidenta electa Kamala Harris, según lo dispone la Constitución de los Estados Unidos.

En las últimas 48 horas de campaña estarán presentes en Georgia los principales líderes republicanos y demócratas, incluyendo al presidente electo Joe Biden y al actual vicepresidente Mike Pence, realizando el esfuerzo final para lograr la victoria de sus candidatos. 

Un triunfo de los candidatos Demócratas el 5 de enero en Georgia, abriría la puerta a que se considere favorablemente en el Congreso un proyecto de admisión de Puerto Rico como estado de la unión. 

Se infiere que Puerto Rico elegiría dos senadores Demócratas, consolidando la mayoría de ese partido en el cuerpo político más importante de la nación. 

Para los proponentes de la igualdad política de los puertorriqueños como ciudadanos americanos, las circunstancias electorales en los Estados Unidos han coincidido a su favor: el partido Demócrata pudiera iniciar el 2021 con un inquilino en la Casa Blanca, tendiendo además el control de la cámara y el senado federal.    

¿Quién hubiese imaginado un escenario electoral donde, en una segunda vuelta electoral en Georgia, se pudiera estar definiendo la posibilidad de que Puerto Rico sea admitido como un estado de los Estados Unidos? 

Aún falta por superar el último intento de legisladores republicanos de invalidar la elección de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos, durante la sesión conjunta del Congreso el miércoles 6 de enero. Aunque parecería una locura, por las implicaciones que tendría una acción como esa retando la voluntad mayoritaria del pueblo, nada debe extrañar el comportamiento del partido que Donald Trump ha secuestrado durante los pasados 4 años. 

La experiencia que debería dejar este accidentando proceso en la conciencia del liderazgo político en los Estados Unidos, es la necesidad urgente de modificar la Constitución para que la elección del presidente se realice mediante el respeto al voto mayoritario, eliminando el llamado colegio electoral.

El martes 5 y el miércoles 6 de enero del 2021 serán fechas memorables en la política de los Estados Unidos…

Pierluisi asume la gobernación…

En unas circunstancias de crisis sin precedentes en la historia de Puerto Rico, Pedro Pierluisi asume la gobernación y en su primer mensaje, en un tono conciliador, reflejando madurez y buena voluntad, invita a la unidad en busca de objetivos comunes en beneficio del pueblo. 

La composición de la nueva Asamblea Legislativa representa un gran desafio para el gobernador Pierluisi. Esto, no necesariamente por no contar el PNP con mayoría en ambas cámaras, sino porque quien le puede ocasionar los mayores problemas en ese recinto, representa a la delegación de su propio partido en uno de los cuerpos legislativos.   

Dos figuras con personalidades parecidas jugarán un papel determinante para lograr la gobernabilidad de Puerto Rico. Me refiero al gobernador Pedro Pierluisi y al líder de la delegación del PPD en el senado, y quien se espera presida ese cuerpo legislativo, José Luis Dalmau.  

Los conozco a ambos y puedo decir que son personas honestas; con la capacidad de lograr acuerdos razonables que faciliten que el llamado “gobierno compartido” funcione. 

La búsqueda del consenso no debe representar jamás claudicar en la defensa de los principios en que se fundamenta la democracia. El pasado 3 de noviembre, además de elegir a nuestros gobernantes, el pueblo se expresó en un referéndum para resolver el problema colonial que mantiene a los puertorriqueños en una condición de desigualdad como ciudadanos de los Estados Unidos. 

Pedro Pierluisi presta el juramento como nuevo gobernador de Puerto Rico en compañía de su señor padre, don Jorge Pierluisi.

Estoy seguro que el gobernador Pedro Pierluisi cumplirá con el mandato del pueblo, construyendo puentes para lograr la gobernabilidad, y también, impulsando en Washington el reclamo de igualdad para los puertorriqueños. Sólo así podremos salir de la crisis y dar inicio a un nuevo Puerto Rico, más justo, digno y progresista, como ciudadanos de los Estados Unidos de América.