Por: Rafael Cerame
Los resultados de las elecciones presidenciales en Chile, en la cual resultaron favorecidos José Antonio Kast, del conservador Partido Republicano, y Gabriel Boric, candidato de Convergencia Social, definen el escenario para una segunda vuelta electoral el 19 de diciembre donde se confronten los polos ideológicos de la izquierda frente a la derecha.
De un primer análisis de esos resultados se puede concluir que José Antonio Kast se encuentra en una mejor posición para construir una coalición de fuerzas políticas que le faciliten superar el 50% en el llamado «balotaje». Se puede llegar a ese razonamiento lógico sí tomamos en consideración los siguientes datos:
- Franco Parisi, candidato del Partido de la Gente (PDG), que encabeza un movimiento de corte populista de centro-derecha, arribó en la tercera posición obteniendo el 12.80% de los votos.
- Sebastián Sichel, candidato presentado por la colación de centro-derecha Chile Vamos, recibió el 12.79% de los votos.
Ambos, Parisi y Sichel, son ideológicamente más afines a José Antonio Kast que a las políticas de izquierda que representa Gabriel Boric, por lo tanto, es de suponer que el candidato del Partido Republicano debería lograr acuerdos con ellos para conformar una fuerte coalición anti izquierda en Chile.
Sumando el porcentaje de votos obtenidos por Kast, Parisi y Sichel, alcanzarían en su conjunto el 53.50%. Aunque en la política eso no necesariamente se traduce de manera automática en votos para una segunda vuelta electoral, representa una plataforma sobre la cual se puede desarrollar un mensaje que les permita superar el 50% el próximo 19 de diciembre.
Hay otros factores externos que inciden en la campaña electoral chilena para la segunda vuelta, los cuales se pudieran utilizar en contra del candidato Gabriel Boric. Se trata del historial que representan los principales gobiernos de izquierda en el hemisferio americano durante los asados 20 años.
El marco de referencia de Hugo Chávez y Nicolas Maduro en Venezuela, cuyas políticas y violaciones a los derechos humanos han llevado al colapso de ese país, no ayuda a la proyección de Boric en Chile. De igual forma la situación en Nicaragua, Cuba y su vecino inmediato Argentina.
Mirarse en el espejo de los Castro en Cuba, Ortega en Nicaragua y Evo en Bolivia no es positivo para Gabriel Boric. De igual forma la izquierda chilena intentará traer a la campaña de José Antonio Kast el historial de Augusto Pinochet en ese país.
En definitiva la segunda vuelta electoral en Chile anticipa una confrontación ideológica entre dos filosofías de gobierno: el socialismo, encabezado por un liderazgo claramente marcado por la izquierda radical y el modelo de libre empresa, mercado y libertad ciudadana que representa la derecha chilena.
Una sociedad que ha vivido los traumas de un golpe de estado; violaciones de derechos humanos y las represiones de una dictadura, se enfrenta al desafío de no olvidar el pasado, mirando hacia el futuro. No tengo dudas que un gobierno de izquierda en Chile afectaría la estabilidad económica y la calidad de vida en ese país. ¿Lograrán superar los traumas del pasado sin cometer un error que tenga un alto costo para el Chile actual? ¿Lograrán cerrar las heridas ocasionadas por pasadas confrontaciones ideológicas en Chile?
Nuestros mejores deseos para el pueblo chileno en la segunda vuelta electoral el 19 de diciembre.